El pasado domingo ejercimos nuestro derecho al voto ¡otra vez! y las urnas dieron un resultado en cada municipio y comunidad. En la nuestra, Navarra, los votos dieron un galimatías como últimamente va siendo habitual.

Tras estos resultados solo tengo claro una cosa ¡no quiero votar de nuevo!, primero porque creo que no cambiarían mucho los resultados y segundo porque considero que una de las virtudes que todo político tiene que tener es la negociar, mediar, ceder en alguna cosa y conseguir llegar a acuerdos finalmente.

No cabe duda de que Navarra Suma ha ganado ampliamente las elecciones pero como en otras comunidades ocurre, la llave de gobernabilidad la tiene otro partido, en este caso el PSOE que también puede gobernar con otros apoyos. Difícil papeleta la del PSOE ya que ninguna decisión está exenta de riesgo y de que sus votantes se sientan defraudados.
Y es que por una parte es difícil que el PSOE apoye o entre en un Gobierno con Navarra Suma ya que se han cansado de decir que no podrían pactar o hacer presidente al Sr. Esparza. Los votantes posiblemente no lo comprenderían a pesar que en los grandes temas navarros han coincidido en esta legislatura.

Por otra parte el PSOE navarro puede intentar gobernar con la fuerza nacionalista de Geroa Bai y Podemos (Izquierda Ezkerra igual se queda sin diputado) como intentó Fernando Puras hacer en el 2007. Algunos lo verían con buenos ojos a pesar de que en esta legislatura el PSOE ha discrepado con esas fuerzas políticas en casi todo, sobre todo en el tema nacionalista e identitario, política lingüística, educación, etc. Esto sin contar con que Navarra es muy diversa y que lo que en el Norte entra dentro de lo factible en la Ribera es tabú y viceversa.

Y entre tanto, aún quedan por venir las posibles instrucciones y recomendaciones del PSOE de Madrid envuelto en otros pactos nacionales y en los que Navarra puede ser, a nuestro pesar, un cromo estratégico más, como sucediera en el 2007.

Pero lo que me ha indignado sobremanera es la reciente injerencia del PNV que, cínicamente, ha supeditado (según he leído) el apoyo al gobierno del Sr. Sánchez a que éste no deje que el PSOE navarro de la Sra. Chivite propicie un Gobierno de Navarra Suma en nuestra comunidad. Creo que es impensable y está fuera de lugar la intromisión de un partido de una comunidad en los asuntos de otra, por muy vecinos que sean. Si está difícil lograr un gobierno en nuestra comunidad por las presiones de unos y otros y puede que del gobierno Central solo faltaría que otras comunidades chantajearan a este último decidiendo nuestro futuro.

Ignoro cómo se dilucidará la situación y no voy a decantarme por una u otra opción en estas líneas pero solo pido dos cosas: que Navarra y los políticos elegidos por sus ciudadanos decidan y no nos marquen el camino otras comunidades y que los políticos electos sean generosos, que no piensen en sillones y poder personal y piensen en los ciudadanos, en programas y en acuerdos porque harían un flaco favor al pueblo navarro si este tuviera nuevamente que votar.

Julián Marín