Pues eso, que anuncian un “gran apagón”. Así, a palo seco. Sin ir más lejos, la pasada semana, el Gobierno de Austria ya ha alertado a sus ciudadanos que está al caer un apagón eléctrico de los de “cágatelorito”, que no sólo afectará al país, sino a toda Europa. Klaudia Tanner, ministra de Defensa, asegura que se trata de un “peligro real” para el que la población debe estar preparada. De hecho, el Gobierno austriaco ya ha puesto en marcha una campaña de concienciación en la que aconseja abastecerse con un “kit básico de supervivencia”, en el que no podrían faltar las velas, las mantas y la comida enlatada no perecedera. Para hacerlo más oficial, se habla de que personajes más conocidos, como son Heidi, Pablo, Clara, el abuelo, Niebla, Copito de nieve y la señorita Rottenmaier saldrán en breve a anunciarlo desde las montañas del Tirol.
A falta de confirmación oficial, las autoridades apuntan a tres posibles causas: “sobrecargas por picos de demanda, fallos técnicos o desajustes del sistema”. Es decir, que ya anuncian las causas del apagón y, sabiéndolo, no hacen hace nada por enmendarlas. Cuidado, que no estamos hablando de unos países demoniacocomunistas (¿o sí?) sino de regímenes capitalistas que, al parecer, tienen soluciones para todo. Aunque, visto lo visto, no tienen tiritas para arañazos.
Para no andarse con chiquitas, Austria ya profetiza que: el “gran apagón” colapsaría el sistema energético del país y esto arrastraría los de otras naciones vecinas. Se habla de la posibilidad de “perder la luz a nivel global”. Y añaden los expertos que reactivar el servicio llevaría varias semanas. Está claro que tienen pocas luces.
¿Y cuáles son las causas de este futuro imperfecto? Dicen los capitalistas que “la reducción de la producción económica provocó un exceso de electricidad en Europa que tuvo un fuerte impacto en la disponibilidad de materias primas, y que, debido a la crisis sanitaria, han tenido que realizarse importantes trabajos de mantenimiento y se ha pospuesto el cierre de 13 de los 57 reactores nucleares que debían apagarse a finales de febrero de 2021”. En resumidas cuentas que, tras tanta energía renovable de molinos, placas solares, coches eléctricos, carriles para bicis, luces led y demás, parece ser que se aboga por resucitar las centrales de carbón y las nucleares. Apoteósico, vamos.
Sí, ya sabemos que el “gran apagón” hará más ricos a los ricos, y más pobres a los pobres. Nihil novum sub sole (nada nuevo bajo el sol). Es lo que siempre ocurre con las “crisis prefabricadas”. ¡Ay, estos comunistas..! Por si acaso, me he guardado las velas a medio usar de los cumpleaños de mis nietas. No soplar, por favor.