Inicio Opinión Agramonteses y Beaumonteses en la Navarra del siglo XXI?, por Germán Gorraiz

Agramonteses y Beaumonteses en la Navarra del siglo XXI?, por Germán Gorraiz

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El reciente descubrimiento en el Monasterio de la Oliva de una obra inédita del inmortal William Shakespeare, convertirá de nuevo el Reyno de Navarra en un gigantesco escenario donde se representará una tragicomedia en cuatro actos que está llamada a ser «el asombro del mundo».

1.- Aparición de banderías dentro de las filas beaumontesas al imponerse las tesis del otrora Virrey de Navarra Miguel Sanz, haciendo añicos el hermanamiento entre los beaumonteses primigenios (UPN) y sus tradicionales aliados y fiadores en la Corte Castellana (PP)

El proceso de ruptura suscitará un inusual eco mediático en los mentideros y pregones de la capital del Reino de Castilla y tras mutuas acusaciones y descalificaciones desembocará en un traumático divorcio que menguará ineludiblemente su representación en las Cortes navarras.

Así, tras designar el sibilino ex Virrey Sanz al infanzón agoizco Javier Esparza como heredero legítimo al trono de Navarra y caudillo de los beaumonteses, asistiremos a la aparición de una corriente disidente entre las huestes riberas partidarias del nombramiento como caudillo de los beaumonteses del infanzón de Buñuel, Sergio Sayas y de continuar con su alianza con sus fiadores en la Corte castellana ( PP).

2.- Satisfacción entre las huestes socialistas lideradas por la infanta Chivite ( facción escindida de los beaumonteses por antiguas disputas de facerías y comunales en la Ribera y Zona Media) al verse convertidos en árbitros de la contienda debido a la división de las huestes beaumontesas.

Así, perdidos los escrúpulos iniciales junto con jirones de su primitivo ideario, se dedicarán en adelante a apoyar sin ningún tipo de complejos a Esparza para ser elegido nuevo Virrey de Navarra así como en la aprobación de las Cuentas del Reyno, participando en el entreacto en una sistemática política de marginación de los grupos agramonteses en los pregones oficiales y en el quehacer político diario.

3.- En la altivez de su nueva posición, el PSN se percatará pronto de que el Virrey Esparza es sólo una marioneta en sus manos, siendo en realidad sus propuestas las que serán apoyadas por el poder en un espléndido ejercicio de ventriloquismo escénico por el que recibirán todo tipo de cargos y prebendas políticas.

Finalmente, el Virrey Esparza se plegará a las demandas de los beaumonteses advenedizos liderados por Chivite y se verá obligado a formar una nueva facción beaumontesa (UPN-PSN ) que detentará en adelante el poder en aras de la «gobernabilidad e integridad del Reyno de Navarra» , condenado de paso al ostracismo político a las facciones agramonteses.

4.- Así, en el bando agramontés la carismática ex Virreina Uxue Barcos verá reducida sensiblemente su representación en las Cortes tras la aparición de Zurekin Nafarroa, (bandería próxima a los agramonteses pero discrepantes sobre las enseñas) y en especial por el ascenso meteórico de Bildu, (bandería heredera de los antiguos agramonteses levanticos de ANV) que se convertirá en la estrella alfa que fagocitará a los disidentes agramonteses de las facciones Geroa Bai y EA pero que no podrá impedir el ascenso al Poder de las banderias beaumonteses.

Mientras, la primigenia lengua del viejo Reyno, el vascuence o lingua navarrorum , será marginada en la proclamación de las nuevas Leyes y quedará confinada en los tradicionales reductos montañeses así como en guetos aislados de distintos burgos del Reyno, lo que de facto simbolizará el retorno al endemismo recurrente de escenarios de confrontación entre las huestes agramonteses y beaumontesas.

Germán Gorraiz- Analista