-- Publicidad --

Ha sido una tragedia anunciada, se nos ha quemado el Vedado de Eguaras, una cosechadora provocó el incendio del 20 de Julio. La Reserva Natural de pinar de Alepo o carrasco, con lentisco, sabina, coscoja, escambrón, romero, con toda su fauna asociada. Unos dirán que el bosque mediterráneo está adaptado a los incendios, pero la gran superficie afectada, y el cambio climático, ponen muy difícil su recuperación, por tanto, más que nunca hacemos un llamamiento a la PREVENCION con mayúsculas.

En el año 2007, en nota de prensa, Ecologistas en Acción alertaba del cambio que se había producido en la normativa que regulaba el uso del fuego y la prevención de incendios forestales en Navarra, se había eliminado un párrafo, introducido el año anterior para intentar evitar los incendios producidos por maquinaria agrícola en la cosecha de cereal y posterior empacado de la paja.

“En suelo rústico, siempre que se trabaje con maquinaria a motor a una distancia inferior a los 400 m de terrenos forestales, … se deberá realizar una franja cortafuegos de una anchura mínima de 8 metros en el borde de los terrenos forestales, debiéndose eliminar toda vegetación removiendo el terreno hasta el suelo mineral”.

Esta mejora introducida a raíz del incendio provocado por una cosechadora en 2006 en la Sierra de Peña, que quemó 400 hectáreas, era una herramienta básica para prevenir incendios en el bosque mediterráneo, sobre todo en zonas donde éste convive con campos de cereal, formando una isla rodeada por grandes extensiones de campos de cultivo.

En Navarra en las últimas décadas se había invertido mucho en medios de extinción, pero muy poco en prevención, si bien se había considerado imprescindible en 2006 la introducción de la medida de realizar cortafuegos en la cosecha, el Gobierno había cedido al año siguiente a las presiones del sector agrario para los que la medida suponía un trabajo extra.

Desde entonces no han dejado de producirse incendios todos los años provocados por maquinaria agrícola, muchos han afectado a los escasos pinares naturales de pino Alepo presentes en la zona más desértica de Navarra, el Gobierno de Navarra no ha sabido o querido realizar una prevención eficaz, ni siquiera en los espacios protegidos más emblemáticos de Bardenas y los municipios colindantes.

Centrándonos en el caso del Vedado de Eguaras, la catástrofe era anunciada, en la última década se han producido cuatro incendios de importancia:

– 09 de julio del 2010, un incendio forestal arrasa 47 hectáreas en el Vedado de Eguaras. Origen posiblemente un rayo. En amarillo en la foto.

– 28 de junio del 2011, otro incendio arrasa otras 47 hectáreas en el Alto de los Tambores, próximo al Vedado de Eguaras. En azul en la foto.

– 09 de julio del 2016, una cosechadora provoca un incendio de 4,5 hectáreas en el Vedado de Eguaras.

– 20 de Julio de 2021, un cuarto incendio provocado nuevamente por una cosechadora, arrasa 517 hectáreas del Vedado de Eguaras, 332 de ellas, en la zona declarada Reserva Natural, el 64 % de la superficie.

Agradecemos el enorme esfuerzo por parte de Bomberos, Guardas de Medio Ambiente, agricultores y personal de las administraciones por las labores de extinción, pero poco pudieron hacer una vez que el fuego alcanzó terreno forestal, ya que los medios aéreos apenas pudieron intervenir por el horario en que se produjo el aviso de incendio, próximo al anochecer. Las condiciones climatológicas fueron muy adversas, tanto el viento, como las altas temperaturas y la baja humedad hicieron que la extinción fuera complicadísima.

Después de que se hagan las mediciones, los informes de daños ambientales, se cuantifiquen los daños económicos causados, habrá que hacer de una vez una reflexión, que vaya más allá de las lamentaciones de la Consejera de Medio Ambiente, es necesaria una autocrítica a todos los niveles de este incendio, y de los incendios forestales causados por maquinaria agrícola, tanto de cosechadoras como de empacadoras.

Este incendio no se habría producido, si el Gobierno de Navarra hubiera dictado unas normas de cumplimiento “obligatorio”, como las citadas de 2006, no vale con las “recomendaciones” de la normativa actual. Es necesario que los agentes de la autoridad, encargados de velar por la protección del medio ambiente, dispongan de herramientas legales para vigilar el uso de maquinaria en zonas cercanas a terrenos forestales de alto valor ecológico.

¿Qué medidas proponemos?

– Que, en días críticos, con alta temperatura, baja humedad y viento elevado, la regla 30-30-30, se prohíba cosechar.

– Que sea obligatorio llevar mochilas con agua, bate fuegos, en las cosechadoras y empacadoras, con personal suficiente para manejarlas. No debe estar el conductor de la maquina solo en ningún momento.

– Que al cosechar zonas a menos de 400 metros. de una masa forestal, se labre, justo después del paso de la cosechadora, las dos primeras pasadas, 8 metros, para realizar un cortafuegos eficaz.

– Que, en esas zonas críticas y cercanas a masas forestales de alto valor ecológico, al menos en los espacios protegidos, y alrededores, la cosecha se realice en coordinación con bomberos y guardas de medio ambiente, para evitar incendios.

– Que no se permita la cosecha al anochecer cuando los medios aéreos ya no tienen apenas tiempo de intervenir en caso de incendio.

Creemos que, si se hubieran tomado estas medidas preventivas, el incendio forestal del Vedado de Eguaras no se hubiera producido o sus consecuencias hubieran sido menores.

Ecologistas en Acción