Me decido a escribir éste artículo ante lo grave de la polémica suscitada hace días alrededor de la pre matriculación que se han llevado a cabo en Fustiñana en el Modelo A (modelo con cuatro horas de euskera a la semana). No quería entrar ella debido a que viniendo de un panfleto digital próximo a la derecha extrema y viendo también la actitud de algunas personas que han avivado dicha polémica, no merecía la pena. Pero finalmente lo voy a hacer, de la manera que creo más conveniente y porque hay algunas cosas que no se pueden pasar por alto.
A pesar de ser Fustiñana una localidad de la denominada “zona no vascófona”, la legislación siempre ha dado cabida al Modelo A en nuestros colegios. En algunos municipios cuenta con un gran arraigo y en los últimos años se ha incrementado su presencia en algunas localidades (Cabanillas, Ribaforada, Corella, etc.). El hecho de que pueda aterrizar en Fustiñana, hay a quien no le hace mucha gracia. Obviando el panfleto antes mencionado cargado de mentiras, pues ni las familias incumplieron los plazos, ni se van a reducir horas de otras materias (al contrario, el alumnado que no vaya a euskera tendrá refuerzos de otras asignaturas), lo que más me duele de este tema, es ver cómo por un puñado de votos, hay quienes han sido capaces de señalar directamente a cuatro familias de su propio pueblo. Señalar sí, a gente con la que luego vas a tener que convivir, por el mero hecho de que hayan decidido pre matricular a sus hijas e hijos en un modelo lingüístico concreto.
Que el Modelo A aterrice en Fustiñana y lo pueda hacer para quedarse es algo que inquieta a algunas personas. Han tratado de “privilegiadas” a éstas familias porque haya una consejería de educación que les pueda garantizar su derecho. Sin embargo, nadie ha puesto el grito en el cielo por la escasa (o nula a veces) información que en muchos colegios de la “zona no vascófona” se da al respecto o por el enorme esfuerzo que estas familias han tenido que hacer para poder conseguir en el plazo sus pre matrículas.
Una lengua, es para mí, como una chaqueta. Un antiguo encargado me decía; “si te llevas la chaqueta, puedes prescindir de ella, pero al contrario, cuando la necesites, no la podrás utilizar”. Con las lenguas pasa igual, si las sabes nadie te obliga a utilizarlas, pero si no las sabes, cuando te hagan falta no podrás echar mano de ellas. Aún viviendo en La Ribera, en Navarra el euskera es una lengua oficial, la que nos da el apellido a muchos de nosotros (en Fustiñana mismo; Arrondo, Aguirre, Aguerri, Laraña, Sola, Gayarre, Lete, Andia, Chavarria, y suma y sigue) y lo lógico sería que todo el mundo pueda tener acceso a ella en la educación pública. Pero aparte de todo eso, la sociedad cambia y evoluciona. He comentado que el Modelo A está muy extendido e incluso asentado en algunos sitios ya en La Ribera, y el Modelo D aterriza por primera vez en Castejón el próximo curso. Por tanto, permanecer estáticos no parece ser la mejor opción.
Por eso yo, animaría a los indecisos a que dieran el paso y matricularan a sus hijas e hijos en el Modelo A, también en Fustiñana. Es una opción que suma (castellano, euskera, inglés) y quién sabe si a futuro, no le puede ser necesario a alguien. Y por otro lado, a quienes hacen gala de su particular “euskarafobia” y “endofobia”, les llamaría a la reflexión, por una cuestión de convivencia hoy, y porque manteniendo esa posición tan intransigente y desfasada, acabarán (como ya está pasando) superados por el tiempo y por la propia sociedad.
Soy Carlos Guillén Sola, vecino de Fustiñana y alumno de AEK, AEK-ko Ikaslea