Enrique Tudela Huguet «Tudelica» se llevará el próximo 25 de julio la alegría de ser nombrado Abuelo de Tudela 2023, sin duda un reconocimiento que endulzará los sinsabores que le ha dado la vida a este tudelano en los últimos años.
Asegura que su elección ha sido una sorpresa. «Estoy todos los días con el tesorero de la peña y nunca me ha dicho nada, ha sido una encerrona grande», comentaba tras conocer que iba a ser el protagonista de un acto que reconoce va a vivir con mucha ilusión. «Esto no lo había imaginado».
A sus 85 años recién cumplidos el día 14 de julio, Enrique Tudela Huguet «Tudelica» ha hecho más que méritos para ser reconocido como esposo, padre y abuelo. Con su esposa Lucía Azuara García, tuvo 2 hijas, Lucía y Yolanda. Presume de sus 3 nietas, Naiara, Letizia y Sara, y también de sus 2 biznietos, Alexia y Hugo.
Le resultó imposible evitar emocionarse al recordar a una de sus hijas, Lucía, a la que perdió hace poco más de un año, y a su esposa, bastante delicada de salud. «Ahora toca algo de alegría porque la verdad es que se lo merece», asegura la vicepresidenta de la Jota, Sonia Ayensa.
Una infancia en el corazón del Casco Antiguo
El «Tudelica» nació en el Centro Mariano de la calle Rúa, en lo que entonces era el cogollico del Casco Antiguo. Todavía recuerda como la Plaza que acogerá su homenaje eran todo corrales que en cuanto podía asaltaban. «Jugábamos por todas estas calles. En la Rúa, en San Nicolás, blincábamos los corrales, les quitábamos las gallinas o los conejos a las vecinas. He pasado buena parte de mi vida aquí y me van a homenajear en la que ha sido mi calle», relata con la alegría que traen los recuerdos de infancia.
Profesionalmente se ha dedicado a la albañilería y ha trabajado muchos años en el ayuntamiento de la capital ribera. «También he trabajado para otras empresas y con Zubillaga me tocó trabajar en la Catedral de Tudela de albañil», recuerda con una pizca de orgullo.
Simpatizante de la Peña Moskera
Pese a la edad se considera muy fiestero. «He sido toda la vida simpatizante de la Peña Moskera. Mi yerno es ahora el presidente y yo lo metí en la peña cuando comenzó a festejar con mi hija porque les estaba haciendo la peña. Siempre he llevado el pañuelico de la Moskera, siempre, aunque no he sido socio».
Si se tiene que quedar con algún momentico de las fiestas no duda que esos son los almuerzos. «No pueden faltar los almuercicos, los tomaticos asados, que aunque no puedo comer por el ácido úrico, siempre alguno cae. También me gustan mucho las corridas de toros. Las corridas nunca me las pierdo, en mi cumpleaños el regalo de mis nietas es siempre el abono».