Inicio Tudela Recogida de alimentos en Balún Canán para los refugiados saharauis

Recogida de alimentos en Balún Canán para los refugiados saharauis

Voluntarias de la tienda de Comercio Justo de Tudela, recogiendo alimentos para enviar a los saharauis
Voluntarias de la tienda de Comercio Justo de Tudela, recogiendo alimentos para enviar al Sahara
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A lo largo de estos días, y hasta el próximo 14 de febrero, la tienda de Comercio Justo de Tudela, Balún Canán, recoge alimentos y ayuda para los refugiados saharauis. El horario es de lunes a sábados de 10,30 a 13 horas, y por las tardes, los martes, jueves y viernes, de 18 a 20. La iniciativa llegó a través de la Asociación Navarra de Amigos del Sahara (ANAS), con los que la tienda ha colaborado varias veces con diversos proyectos. Lucía Úcar y Toña Navarro son dos de los 30 voluntarios y, sobre todo, voluntarias, que hacen posible que la tienda sea una realidad. Ahora, ellas, junto con otras personas cercanas a Balún Canán, están organizando la recogida de alimentos.

«Tenemos bastante relación con el tema porque una familia que colabora con la tienda, ha traído varios veranos a niños saharauis a Tudela. Pero llevábamos un año, con la pandemia, durante el cual no hemos podido mandar nada», explican. «Ahora que se han conseguido permisos, se va a enviar una caravana de alimentos desde Navarra. Sobre todo pedimos legumbres, pasta, arroz, geles, champú, jabones… Que nada vaya en botes de cristal. Y si las legumbres son de lata, no pueden llevar chorizo o carne de cerdo».

Con esta iniciativa, colaboran también las mujeres del Centro del Barrio de Lourdes. «Son muy activas», comentan Lucía y Toña. «Van a estar recogiendo alimentos del 25 al 29 de enero de cuatro a seis y media. Después lo empaquetaremos todo y vendrán desde Pamplona a recogerlo». Además de colaborar con alimentos y productos de primera necesidad, también es posible hacer donativos en las cuentas:

  • Caja Laboral: ES74 3035 0113 59 1130021437
  • Caja Rural: ES93 3008 0001 11 0700365729
  • Caixa: ES33 2100 5319 49 2100199896

O hacer un ingreso a través de Bizum al teléfono 626 502 495.

Situación de extrema necesidad

La actual situación de pandemia ha golpeado a muchas personas en todos los países del mundo, pero, como suele suceder, son los más desfavorecidos y los que menos tienen, quienes sufren peores consecuencias. «Hasta marzo del año pasado, Navarra tenía una relación estable con el Sahara Occidental. Podíamos mandar cosas, hacer proyectos, venían niños aquí. Ahora está todo muy cerrado, y ellos subsisten gracias a ACNUR, Naciones Unidas, Bancos de Alimentos… Están en pleno desierto. No pueden cultivar, apenas tienen algo de ganado»…

Y es que la situación de los saharauis apenas ha cambiado en 47 años. «Viven en tiendas de campañas desde entonces. No son campamentos tan trágicos como los que podemos ver en los telediarios con los refugiados de guerra porque llevan tiempo y se han organizado. Pero la situación de los niños y niñas que antes venían a Navarra ha cambiado mucho. Aquí se les hacía revisiones médicas, por ejemplo, cuando venían a pasar el verano. Pero esa posibilidad ni ha existido el año pasado, ni creemos que vaya a existir este 2021».

De esta forma, hay generaciones enteras que han nacido en el desierto. Subsisten gracias a la ayuda internacional y de organizaciones humanitarias. A través de ANAS, algunos niños podían venir a Navarra. «A Tudela y la Ribera llevan unos 10 años viniendo niños», nos explican. «Eso ha creado lazos y relaciones con las familias saharauis. Venían unos 100 niños a Navarra cada verano. También venían niños y niñas con alguna enfermedad que estaban en pisos con monitores y monitoras. De hecho, uno de los proyectos de la Tienda de Comercio Justo fue apadrinar a dos niños para ese proyecto». También desde la tienda de Tudela se les ha enviado aceite o leche materna. «Siempre colaboramos con gente que conocemos, tenemos siempre la seguridad de que el dinero va a llegar a su destino».

Una injusticia enquistada

En cuanto a la realidad del pueblo saharaui, actualmente se calcula que hay entre 170.000 y 200.000 personas viviendo en los campamentos en los territorios ocupados. Se trata de un drama enquistado que tiene su origen en el pasado colonial de España. El Sahara Occidental llegó a ser una provincia española, «la 53», pero tras la caída de la dictadura, y después de varios acontecimientos, España se desentendió del destino de estas miles de personas. Desde entonces, Marruecos reivindica su soberanía sobre estos territorios.

El pueblo saharaui reivindica un referéndum de autodeterminación. El 29 de abril de 1991, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en su resolución 690, decidió establecer la misión para el referéndum (MINURSO, Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental). Su objetivo era preparar la consulta y supervisar el alto el fuego. Pero los estados miembros de la ONU no han sido capaces hasta el momento de hacer cumplir las resoluciones de la ONU. El referéndum se retrasa década tras década. De hecho, Marruecos ha llegado a construir un muro de 1.200 kilómetros para aislar a los saharauis.

En noviembre del año pasado, después de 30 años de alto el fuego, volvió a saltar el conflicto entre Marruecos y el Frente Polisario. Marruecos ha construido una carretera para llegar hasta Mauritania en territorio saharaui. «Los saharauis ven con impotencia como desde el 91 nunca se acaba de celebrar el referéndum, como Marruecos se apodera cada vez de más territorios y recursos y como viola sistemáticamente todo tipo de derechos humanos. Hay personas en las cárceles, desaparecidas, torturadas…».

Y España no ejerce la influencia que podría tener y que supondría un deber histórico. «Detrás hay intereses de grandes empresas españolas, negociaciones de cuotas de pesca, control, o menos control, de la inmigración que llega desde las costas del país africano…». Todo esto hace que España no intervenga y que 200.000 personas lleven más de  45 años abandonadas a su suerte. Uno de los tantos conflictos humanitarios sobre los que la ONU se ha pronunciado a favor de las víctimas, pero en el que la comunidad internacional mira hacia otro lado. Desde Balún Canán, la tienda de Comercio Justo de Tudela, recibirán al menos algo de ayuda.