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Las futuras Navidades

Cuentos de Navidad del IES Benjamín de Tudela

Los alumnos de 1º de la ESO D
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Corría el año 2048 y se acercaba diciembre, es decir, la Navidad. Los niños seguían celebrándola con ganas, pero la mayoría de ellos no sabían ni por qué se celebraba. Todo había cambiado, ahora los niños encendían sus tablets, ordenadores o móviles y hacían una lista de todos los regalos que deseaban. Todos querían móviles nuevos, consolas de videojuegos y muchos aparatos electrónicos. Al finalizar la lista, escribían el email de Santa Claus y se lo enviaban. Los más impacientes solían hacer la lista antes pero la mayoría de chicos y chicas la hacía la semana anterior a la celebración.

Faltaba poco para el gran día. Las familias ya estaban decorando las casas y preparando o comprando comida para la ocasión. Todos habían mandado el email con la esperanza de que les llegara la gran cantidad de cosas que habían pedido. Mientras tanto, en otro lugar, el Reino de Santa en el Polo Norte, había una gran una tormenta. En consecuencia gran cantidad de postes de electricidad se habían volcado y habían sido enterrados por la nieve que estaba cayendo en esos instantes.

Papa Noel ya se estaba empezando a preocupar. Entraba constantemente al buzón del Email con la ilusión de encontrar cientos de mensajes pero no conseguía tener suerte porque no había ninguno. Entonces se dijo a sí mismo: “ Y si ya no se acuerdan de mí y si ya no me quieren o no recuerdan la Navidad “. Los elfos que lo vieron entrando en ese estado decidieron consolarlo un poco y animarlo. Al ver que seguía sin llegar ninguna lista, Papá Noel ordenó a los elfos averiguar qué estaba pasando realmente.

Al llegar los elfos a las ciudades y pueblos, se toparon con que en verdad los chicos sí habían hecho sus listas y las habían mandado pero debido a la gran tormenta hubo un fallo con el sistema de red y wifi y por eso los mensajes no habían llegado. Así que los duendecillos difundieron por todo el mundo que para que les llegasen esos regalos que tanto querían  tendrían que mandar la lista a través de cartas como se hacía antiguamente. Los chicos, muy extrañados, les preguntaron a sus padres si alguna vez habían mandado su listado por carta. La mayoría dijo que antes lo que pedían era bastante distinto a lo que piden ahora como pelotas de fútbol y muñecas y que cuando terminaban de escribir las cartas las echaban al buzón y desde allí las llevaban al Polo Norte.

Los niños querían recibir sus regalos por lo tanto hicieron lo que los elfos les pidieron y enviaron las cartas al Polo Norte. Papá Noel ahora estaba más jubiloso y vivaracho que nunca, ya que hacía mucho tiempo que no le enviaban cartas de ese tipo. Cartas en la que los niños además de expresar lo que querían o sus deseos también hacían dibujos y contaban cómo se habían portado ese año. El día de Navidad todos aquellos niños recibieron gran parte de los regalos que habían pedido. Aquellos niños siempre recordarán ese año como el de una Navidad especial.

Cristina Escribano Manero, 1ºESO D

La abuela de la cerillera (sobre el cuento de Andersen)

Hace un frío horrible. Nieva y oscurece rápidamente. Estamos en Nochevieja.
En el cielo, en mitad de las estrellas brillantes y luminosas, una anciana sonríe al contemplar a una pequeña, su nieta, la niña de los fósforos…

Su abuela la sigue con la mirada: viste ropas desgastadas y no tiene zapatos. Lleva una cesta llena de fósforos en su mano. Sobre su pelo caen copos de nieve y ella tiene hambre y frío. Desde arriba la abuela se entristece porque sabe que la niña se gana la vida vendiendo fósforos en la calle.

-Enciende los fósforos, querida nieta -dice la anciana con una voz dulce.
Y la niña comienza a encender cerillas hasta que se calienta y las calles se iluminan.
La niña mira el cielo y ve un cometa. Es su abuela, que una vez le dijo que cuando una estrella caía, subía un alma a Dios.

AHORA ELIGE TÚ EL FINAL:

1) Su abuela aparece con una luz y finas ropas de seda. La niña corre hacia ella.
-Abuela, por favor, no te vayas, déjame ir contigo -dice la niña con tristeza.
La abuela la coge y van desapareciendo lentamente de la calle en la que la niña vende los fósforos.

2) La niña se da cuenta de que la vida hay que disfrutarla porque no es tan larga y se pone a vender los fósforos que le quedan para que sus padres estén orgullosos de ella.

Alumnado de Lectura Creativa 1.º A-B-C

Navidad perfecta

Érase una vez un niño de apenas cinco, años moreno, de ojos verdes, que deseaba sobre todo celebrar la Navidad con su familia como siempre. Sin embargo, su Navidad no podía ser igual. Desde que había comenzado la guerra de Ucrania, sus padres habían fallecido y solo le quedaba su hermano mayor .

El niño, llamado Martín, miraba por la ventana. Todo lo que veía estaba destruido y nevado. De repente, sonó la alarma del ataque y salió con su hermano mayor al “sitio seguro”. Mientras los dos corrían, Martín se soltó de la mano. Cuando se dio la vuelta para ver a su hermano …ya no estaba. Martín llegó llorando y solo al refugio, pensando en cómo había desaparecido toda su familia. Una vez allí Martín se escondió en una esquina a llorar.

Cuando ya se pudo salir, Martín subió a la calle pero no se dirigió a su casa sino que intentó salir de la zona de guerra y de sufrimiento para poder disfrutar de una Navidad como las de antes.

Con frío y hambre, después de caminar mucho tiempo solo, no encontraba nada. Ya se iba a rendir, cuando vio a lo lejos algo brillante que estaba volando… Se acercaba. No se lo podía creer… gritó para que bajara y descendió lo que estaba viendo … ¡Era Papá Noel!
Hacía frío y Martín le contó todo lo que había vivido y por qué quería volver a sentir la Navidad con su familia. Papá Noel sonrió y lo acogió en su trineo.

Neiras Ulcinas 1ºESO H