VI premio literario
Isaac Rosa con los patrocinadores del premio y los alumnos y alumnas que participan en el club de lectura

Isaac Rosa ha recibido por su novela «Lugar seguro» el VI premio literario «Benjamín de Tudela» que conceden los estudiantes de bachillerato que participan en el Club de Lectura del centro educativo tudelano.

La entrega del premio ha tenido lugar en un acto que ha contado con la participación de el escritor sevillano además del director del Instituto «Benjamín de Tudela», Miguel Fernández, el subdirector Gabriel Garde y la profesora de literatura y coordinadora del club de lectura Nuria Bericat. También han asistido los patrocinadores del premio, Isidro Eraso e Isabel Sánchez, de Eroski; Miguel Iglesias, de la librería Letras a la Taza; Arantza Hualde de «Y que me voy viajes».

Irene Jiménez, Francisco Javier Pérez, Aroa Mediavilla, y Pablo Gaona, estudiantes miembros del jurado de este certamen, han destacado que la iniciativa del premio literario «Benjamín de Tudela» les permite desarrollar el espíritu crítico y compartir entre ellos los valores que emanan de las novelas que tienen que valorar.

En el caso de «Lugar seguro», novela con la que Isaac Rosa se ha ganado el favor de los estudiantes, han destacado que se trata de una obra que no solo entretiene y divierte «sino que invita a realizar un análisis crítico».

El premiado

Isaac Rosa ha dado la enhorabuena al centro y a los alumnos por llevar adelante esta iniciativa y ha reconocido que el premio le ilusiona especialmente «sobre todo después de ver una lista de premiados en la que hay autores que aprecio como lector», ha asegurado.

También ha valorado especialmente que sea un premio que conceden los jóvenes lectores. En este caso, ha explicado, «cierra el círculo de donde sale la novela, fruto de charlas y encuentros con estudiantes en institutos, a los que le las lanzaba la pregunta sobre cómo veían el futuro».

Rosa que ha confesado que empezó su trayectoria literaria escribiendo sobre el pasado, que continuó con el presente y que, ahora, ha fijado su mirada hacia el futuro por esa sensación de temor al mismo que percibe en la sociedad. «Hablo sobre el futuro con la convicción de que no necesitamos ningún búnker y aislarnos y que debemos ser capaces de salir para encontrarnos y construir otros modos de relacionarnos».

«Escribo contra el miedo, para ensayar la esperanza, para recordar que el futuro no está escrito. Escribo contra el fatalismo, la resignación y el derrotismo. La historia nos demuestra que la sociedad siempre ha apostado por otro tipo de futuro, alejado del que nos contaban las historias de distopía de los años 80. El futuro no está escrito y será lo que luchemos y estemos dispuesto a defender. Si mi novela sirve para para salir del refugio y ser capaces de trabajar juntos por el futuro, me doy por satisfecho», ha compartido con los alumnos.