Aimar con Miguel y Ana Mª, junto a su abuela, su madre y su hermano
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Aimar Sánchez, el niño que debería de haber protagonizado la ceremonia de la Bajada del Ángel en 2020, al que la pandemia pospuso a 2021, y al que finalmente le ha robado el protagonismo que merecía, cumplió, al menos, su sueño de vestir de Ángel.

Miguel Vallejo y Ana Mª Arregui, la familia que desde hace décadas cuida con mimo todos los detalles que rodean al protagonista de la Ceremonia Tradicional de la Bajada del Ángel, han querido que Aimar, al menos, conserve el recuerdo del papel que le tocó protagonizar, tuviese un recuerdo para toda la vida, que complementase todos los momento vividos en su relación con el Ángel, y que su nombre figure en la historia de este acto como se merece.

Rodeado de su hermano Iker, Virginia su madre y su abuela Mª José, que le acompañó a todos los ensayos, Aimar acudió al domicilio de la familia Vallejo que recreó todos los detalles que prepara para el día de la ceremonia y que preside la foto de María Álava. Luego se fue desarrollando todo el protocolo, sin los nervios que hubieran estado presentes, pero con la misma emoción y mino: calzón, camiseta, vestido, alas, cíngulo, corona y aleluyas. «Fueron unos momentos muy intensos y muy emotivos porque revivimos, el año de la suplencia, los dos años sin Ángel y fuimos partícipes de las ganas que Aimar tenía de ser el Ángel de 2020 y luego de 2021 y de lo que se ha perdido y hemos perdido todos, porque desde el primer momento nos mostró, sus ganas, su afición, su inteligencia, su educación, siempre contento y comunicador. Un verdadero lujo el tiempo que estuvimos juntos», han asegurado Miguel y Ana Mª.

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