Laura y José Luis Sandúa, propietarios de Aceites Sandúa
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Cuando se cumplen 46 años de la existencia de Aceites Sandúa nos gusta recordar la historia de una empresa que nació en Ablitas, al sur de Navarra gracias al esfuerzo, dedicación y pasión de una familia por el aceite, saludable y de calidad.

En 1975, el matrimonio formado por Merche Escribano y Lorenzo Sandúa llevaba más de diez años dedicándose a la venta de aceite, pero deciden que es el momento de embarcarse en una aventura profesional más ambiciosa y fundan Aceites Sandúa.
Comenzaron con unas instalaciones de apenas 500 m2 en las que trabajaban tres personas. Poco a poco y con mucha entrega personal, lograron que el negocio fuera creciendo hasta nuestros días y renovándose con la segunda generación.

Actualmente, y con los hijos de los fundadores al frente, Laura y José Luis Sandúa Escribano, la empresa sigue poseyendo ese carácter familiar y artesanal que la vio nacer, pero su estructura ha crecido exponencialmente.

Aceites Sandúa posee unas instalaciones de 5.000 m2 y una plantilla de casi 20 personas, a las que se suman otras tantas, que trabajan para la empresa de forma indirecta.
Además, a lo largo de los últimos años, Sandúa ha incorporado a la actividad originaria de envasado, comercialización y distribución, el cultivo de su propio olivar. “De esta manera podemos controlar desde su inicio y paso a paso, todo el proceso de elaboración de aceite” explica Laura Sandúa, gerente de la empresa.

En estos momentos, Sandúa cuida con esmero las más de 50 hectáreas de olivar que crecen en terrenos colindantes a sus instalaciones y cuya superficie sigue ampliándose año tras año.

En su olivar, Sandúa cultiva aceituna arbequina y arróniz, una variedad autóctona de Navarra. En estos terrenos, la firma navarra también ha encontrado hueco para cultivar arbequina ecológica, según los parámetros exigidos por la UE para la agricultura bio. De esta manera, responde a la elevada demanda existente por un aceite de tipo orgánico, en cuyo cultivo no se haya utilizado ningún tipo de pesticida o agentes químicos.

Con toda esta aceituna cultivada en Navarra, Aceites Sandúa elabora unos aceites de categoría premium: Capricho by Sandúa Arbequina Ecológico, Capricho by Sandúa Arbequina y Capricho by Sandúa Empeltre. “Un producto local, de km0, del que nos sentimos muy orgullosos porque el esfuerzo ha merecido la pena, y podemos ofrecer un aceite de la más elevada calidad, 100% navarro, sin nada que envidiar a los que vienen de fuera”, comenta Laura Sandúa.

La gama de Aceites Sandúa

Como empresa experta en el sector desde hace más de 45 años, Sandúa quiere dar respuesta a todas las necesidades que se presentan en el mundo culinario. Para ello, envasa, comercializa y distribuye hasta catorce variedades de aceite que llegan a todo tipo de público. Desde el consumidor final, pasando por hostelería y grandes chefs; industria alimentaria y exportación.

Nuestro padre tenía muy claro que había que apostar por un producto sano y natural

De esta manera, su gama de productos incluye, aceite de oliva virgen extra de tipo premium en formato cristal; y los envasados en pet aceite de oliva virgen extra; aceite de oliva suave e intenso, aceite de orujo de oliva, aceite de girasol, aceite de girasol alto oleico; así como su línea de especiales para freir, máximo y doble rendimiento.
Dentro de este amplio abanico de aceites, la calidad es el elemento común. “Desde los comienzos de la empresa, mi padre, Lorenzo Sandúa, tenía muy claro que había que apostar por un producto sano y natural, sin ninguna clase de aditivo como grasas saturadas de tipo palma o coco, o las potencialmente alérgenas, soja y cacahuete. Es en esta forma de proceder donde hemos marcado la diferencia y continuará siendo así, porque forma parte de nuestro ADN empresarial” concluye Laura Sandúa.