4º A y B
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Hoy han dicho en las noticias de última hora que en un centro comercial de Pamplona han entrado seis renos y están metiéndose por las tiendas.

Jon y sus dos hermanitas, Marta y Sofía, acompañadas por Tamara, su mamá, se han acercado a ver qué estaba pasando. Han entrado al centro comercial y han ido hacia la juguetería. De momento no han visto ningún reno.

De repente ha sonado el whatsapp de Tamara y una amiga le dice que “han desaparecido seis renos y no saben dónde están”. Ha empezado el misterio.

Tamara y sus hijos estaban en la juguetería viendo unos coches teledirigidos y en el suelo había huellas de reno. Las siguieron y al fondo del pasillo vieron tres renos, uno saltaba en una cama elástica, otro estaba leyendo con unas gafas y el tercero bailaba con un karaoke. Se quedaron alucinados. ¡Qué graciosos!

Una dependienta salió de la tienda de ropa corriendo porque un reno estaba en los probadores. Al pasar por un escaparate observaron que otro reno estaba poniéndose pelucas por los cuernos.

Marta tiene ganas de hacer pis y va al baño. Allí se encuentra un reno lavándose las manos.

Al final, los guardias de seguridad los lograron coger y los llevaron en un camión a su establo para que Papá Noel los recogiera.

¡Misterio resuelto!

Alumnos y alumnas de 4ºA

La Navidad está en vuestras manos

En diciembre de 1996, un niño llamado Sandro, se escondió en un armario porque sus amigos le decían que Papá Noel no existía y estaba muy triste.

Resultó que el armario era mágico porque empezó a moverse de un lado a otro rápidamente. De repente se paró, Sandro abrió la puerta y se dio cuenta de que ya no estaba en casa, sino en un lugar extraño, muy nevado y con un ambiente navideño. Pensó: “¿Dónde estoy?, ¿en qué momento me he teletransportado?”.

Empezó a pasear por allí y se encontró a un hombre con barba larga y canosa, vestido de rojo y blanco, que iba montado en un trineo con varios renos. En la parte de atrás llevaba un montón de regalos.

Sandro se quedó boquiabierto y le dijo: “¿Eres Papá Noel?”, y él respondió: “Por supuesto. ¿Te gustaría ayudarme a repartir regalos?”.

Sandro subió al trineo, le ayudó a repartir varios regalos y después le pidió que le llevara a su casa porque echaba de menos a sus padres y estarían muy preocupados.

Durante el viaje le contó que sus amigos no creían en él, y Papá Noel se echó a reír.
Cuando les contó a sus padres y a sus amigos su aventura pensaron que tenía mucha imaginación, pero él les dijo muy serio:

“La Navidad está en vuestras manos, venid conmigo”.

Todos entraron al armario. Continuará…

4º B

Recuperando la Navidad

4º C y D

Un día de invierno Álex y su hermana Juana miraban por la ventana la nieve que caía. Ese día estaban emocionados porque iban a ir de visita a un Refugio de animales para adoptar un gatito.

Después de comer salieron a la calle y al girar la esquina se encontraron con Krous, un monstruo con ojos grandes, oscuros y saltones, cejas muy peludas e inclinadas, dientes largos y afilados, nariz hinchada y orejas puntiagudas. Iba gritando: “Odio la Navidad, quiero que se acabe ya”. Los dos hermanos salieron corriendo porque les daba miedo.

Se metieron en una cafetería y mientras se tomaban un chocolate con churros vieron cómo entraba Krous y se sentaba con ellos. Le miraron sin saber qué decir, pero él comenzó a contarles una historia muy muy triste. Les comentó que cuando era pequeño se sentía muy solo y que nunca le traían regalos, por eso odiaba la Navidad. Alex y Juana le ofrecieron ser sus amigos y que les acompañara a buscar al gatito del Refugio.

Cuando llegaron al Refugio estaba todo adornado con luces y había un gran árbol navideño con lazos rojos y dorados. De repente, apareció Papá Noel con un gatito en brazos y se lo ofreció a los hermanos. Krous estaba alucinado. Cuando salieron de allí gritó: “He recuperado la ilusión por la Navidad, muchas gracias”.

4º C

El espíritu de la Navidad

Hace mucho tiempo en la fábrica de regalos de Papá Noel ocurrió una tragedia porque hubo un incendio y todos los juguetes se quemaron. Ese año los niños y niñas estuvieron muy tristes porque no tuvieron regalos. El espíritu de la Navidad había desaparecido.

Al año siguiente Papá Noel ya no se acordaba de la Navidad, pero sus ayudantes, los elfos, le recordaron que la Navidad seguía existiendo y los niños y niñas esperaban sus regalos.

Se reunieron los elfos con Papá Noel y decidieron montar su fábrica en el almacén de Jaime, el elfo más divertido de todos. Las paredes eran rojas y blancas, como los bastones de caramelo, el techo era muy alto, y el suelo tenía baldosas verdes. Pusieron luces led de colores alrededor de todo el almacén creando ambiente navideño. Además forraron las paredes con material ignífugo para que la tragedia no volviera a ocurrir.

Trabajaron muchas horas fabricando juguetes porque pensaban que no les iba a dar tiempo. Papá Noel, mientras tanto, preparaba su trineo para repartir regalos la noche del 24 de diciembre.

Cuando fue a buscar a sus cuatro renos al establo de Alfonso se encontró que dos de ellos habían comido algo en mal estado y estaban enfermos.

Tuvo que ir a otro establo para que le prestaran dos renos y el veterinario acudió a curar a los enfermos.

Así pues, Papá Noel pudo repartir los regalos a tiempo y el espíritu de la Navidad volvió.

Alumnos de 4ºD