
Corella ha iniciado las Jornadas Memoria, Paz y Convivencia, una iniciativa impulsada por el área de Cultural del Ayuntamiento de la localidad ribera que hasta el próximo 16 de mayo abordará cuestiones como la represión económica en Navarra en la dictadura, la represión hacia las mujeres durante el franquismo o el papel del Fuerte de San Cristóbal.
El acto de apertura ha contado con la intervención del director general de Memoria y Convivencia del Gobierno de Navarra, Martín Zabalza, que en una reflexiva intervención ofreció una panorámica histórica para defedner la necesidad de una dirección general como la que encabeza y para reivindicar la construcción de una memoria compartida que sirva para avanzar en convivencia.
“Lo normal en nuestra historia ha sido convivir con la violencia política”
Zabalza comenzó su discurso subrayando que Navarra, pese a ser una comunidad pequeña en población y territorio, ha sido a lo largo de los siglos escenario habitual de los grandes conflictos políticos y bélicos. Desde las guerras de la Convención en el siglo XVIII hasta las guerras carlistas, pasando por la invasión napoleónica, la Guerra Civil o los años de violencia de ETA, Zabalza recalcó que “lo normal en nuestra historia ha sido convivir con la violencia política” y que precisamente por ello “es más necesario que nunca aprender a convivir sin ella”.
Rechazando la simplificación de la memoria como una cuestión partidista, Zabalza defendió la importancia de crear una narración honesta y sobria, que no pretenda adoctrinar, sino simplemente contar lo que ocurrió. “Las cunetas de media España se llenaron de republicanos, y eso hay que contarlo. Sin adjetivos, sin cargarlo ideológicamente. Simplemente ocurrió, y hay que narrarlo”, señaló. En ese sentido, hizo una distinción entre “relato”, muchas veces politizado, y “narración”, entendida como una herramienta pedagógica y social capaz de perdurar y generar reflexión.
Discursos de memoria que trasciendan a las generaciones
Zabalza ilustró esta idea con un texto del filósofo Byung-Chul Han, reciente premio Princesa de Asturias, en el que se defendía la fuerza transformadora de la narración frente a la fugacidad de la información. “La narración mantiene su capacidad generativa con el tiempo; la información, en cambio, se convierte en irrelevante casi al instante”, dijo, apelando a la necesidad de crear discursos de memoria que trasciendan generaciones y conecten también con las personas más jóvenes.
Zabalza concluyó su intervención con una llamada a la responsabilidad colectiva. «Llevamos demasiado tiempo viviendo la violencia y demasiado poco tiempo viviendo la falta de violencia. A ver si aprendemos, ya que nuestra generación o la generación de nuestros abuelos han tenido que vivir la violencia, a ser capaces de que nuestros hijos o nuestros nietos no se maten porque piensan distinto».
El acto concluyó con la presentación del historiador César Layana, investigador del Instituto Navarro de la Memoria, quien abordó en la primera ponencia del ciclo represión económica tras la Guerra Civil en Navarra.