
En la Ciudad Agroalimentaria de Tudela, que cumple 15 años, trabajan más de 375 personas, en más de 50 empresas o entidades ubicadas en una superficie de 120 hectáreas. Aunque inicialmente fuera concebida para dar soporte, impulsar y apoyar al tejido industrial del sector agroalimentario de Navarra, y especialmente de la Ribera, la CAT acoge en la actualidad a industrias de todo tipo. Isabel Vicente de Vera, coordinadora de la CAT, destaca algunas ventajas de los servicios que prestan: “Según sus procesos productivos, algunas industrias ganan en competitividad por el ahorro que supone el suministro directo y permanente desde la propia Central de Infraestructuras Comunes (CIC). Desde aquí les proveemos de vapor, agua caliente y agua fría”.

Las instalaciones, servicio y ubicación, son aspectos clave para la empresa de cosmética vegana, Kintsu Cosmetics, tal y como explica Leticia Mostajo, que opera desde una nave en alquiler del parque inmobiliario de la CAT: “Desde el inicio en 2019, percibimos CAT como el lugar idóneo para instalar las salas blancas y la fábrica. Nos gustó por ser pionera en infraestructuras y estar muy bien posicionada como puerta a Europa. También por ser eficiente y sostenible, lo que coincide con nuestra filosofía de empresa”.

La ubicación de la CAT fue decisiva para que el 2019 la empresa AIT comenzara a trabajar desde allí, en unas innovadoras instalaciones propias con las que desarrollan maquinaria y servicios para clientes de congelado de verduras, alimentación de IV gama, farmacéuticas, agricultores y cooperativas de 31 países. Su director, Mario Sánchez, explicaba que fue determinante “la ubicación y la coherencia con la razón de ser de CAT y AIT. Ambos proyectos están muy alineados con el sector agroindustrial. En Navarra La Ribera es un actor muy relevante del mismo, y nosotros trabajamos el I+D+i muy orientado en este sector”.
Como empresa pública, la CAT aspira a ser un “hub” en el que empresas y personas compartan mucho más que un espacio laboral: “Queremos ser un ente constructivo y colaborativo, generando una comunidad CAT”, dinamizando e impulsando mejoras en las empresas en torno a la economía circular, sostenibilidad o competitividad. Queremos vincular la economía local/regional con la economía global”, concluye Isabel.

Precisamente en ese sentido, Rafa Loscos, de AER – Asociación Empresa Ribera, comentaba sobre las razones que les empujaron a instalarse en la CAT hace ya 10 años: “Estar aquí nos permite mantener un contacto directo con la realidad del tejido empresarial y gracias a esta ubicación, hemos podido identificar necesidades de forma ágil, facilitar conexiones entre personas y estar más sintonizados con la realidad diaria del entorno empresarial”.
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