El pasado fin de semana, el Salón de Actos del Castillo de Marcilla fue escenario de una propuesta teatral tan audaz como necesaria. «La Cosa», un monólogo interpretado con maestría, se presentó en dos funciones con aforo completo, dejando al público sin aliento y con la risa entrecortada por la crudeza del tema que en él se trata.
La obra, escrita e interpretada por la peraltesa Cristina Castillo y dirigida por su hermano Alfredo Castillo, se sumerge en un terreno pantanoso y habitualmente silenciado, y lo hace desde un enfoque tan inesperado como arriesgado: el humor. Con esta obra no se pretende banalizar el dolor, sino crear un espacio de reflexión desde la risa nerviosa, la incomodidad y, sobre todo, la valentía de mirar de frente una realidad que sigue siendo tabú. “La Cosa” deambula entre la carcajada y el pozo sin fondo. Se trata de un relato personal, íntimo y desgarrador contado en clave de humor. Una obra en la que, como la misma Cristina dice, hay que reír, gritar, cantar y bailar, aunque parezca que no pega.
Ambas sesiones fueron programadas por la Concejalía de Asuntos Sociales e Igualdad del Ayuntamiento de Marcilla en una apuesta por la cultura comprometida. Demostrando que el teatro puede ser mucho más que un entretenimiento; puede ser un acto de denuncia, una herramienta de sanación y una chispa de cambio.
Durante ambas representaciones el público respondió con atención y emociones encontradas y al caer el telón todos los asistentes se fundieron en un potente, emotivo y prolongado aplauso. Y es que una cosa queda clara: nadie salió igual que entró. Tras el rotundo éxito de ‘La Cosa’ en Marcilla se pone de manifiesto que esta historia de Cristina Castillo ha llegado para incomodar, hacer reír, llorar y, sobre todo, poner sobre la mesa una verdad que no puede seguir escondida.
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