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El alcalde de Tudela, Alejandro Toquero, y la concejala de Centros Cívicos, Laura Casanova, han recibido esta mañana, en la Casa de Juventud Lestonnac, el primer transmisor de Radio Nacional de España que operó en Tudela, cedido por el periodista tudelano Serafín Ramírez Gamen. El histórico equipo se expone en una vitrina dentro del centro, como testimonio del patrimonio radiofónico local.

Se trata de un transmisor de Frecuencia Modulada (FM) de 500 vatios, perteneciente a Radio Tudela (emisora sindical), que estuvo instalado en el centro emisor ubicado en la explanada alta de la Cuesta de Loreto, donde se encontraban también las antenas y equipos de Onda Media.

En 1963, el Ministerio de Información y Turismo reguló las emisoras de Onda Media y, posteriormente, las de Frecuencia Modulada, de modo que en 1965 Radio Tudela volvió a emitir en FM. Tras la fusión de Radio Cadena Española (RCE) con Radio Nacional de España (RNE), dentro del Ente Público Radiotelevisión Española (RTVE), se aprobó un Plan de Implantación Territorial en el que participaron equipos como este, cuyo coste original ascendió a 300.000 pesetas.

Con el paso de los años, el transmisor quedó obsoleto para las nuevas tecnologías, pero hoy posee un valor histórico y patrimonial incalculable, como símbolo de los inicios de la radiodifusión en Tudela y referente para las nuevas generaciones.

El Ayuntamiento de Tudela ha querido preservar este legado mediante la donación de Serafín Ramírez Gamen, reconocido periodista tudelano que inició su carrera profesional precisamente en Radio Tudela.

Los orígenes de la radio local: de Castelruiz a Lestonnac

El espíritu radiofónico de Tudela tuvo continuidad en los años ochenta. En torno a 1985, y al hilo de las nuevas licencias de radio, nació un taller experimental de radio en el centro cultural Castelruiz, impulsado por la periodista municipal. El estudio se ubicó en la llamada Fonoteca, dividida en dos partes –una antesala y el control–, conectadas por una ventana.

Aquel proyecto nació con vocación de servicio público, destinado principalmente a la información municipal, aunque también se abrió a la participación ciudadana. Una Comisión Gestora formada por destacadas figuras culturales tudelanas dirigía la iniciativa sin censuras ni limitaciones.

La radio de Castelruiz albergó una programación diversa, con espacios tan singulares como “¿Meseoye, Mesesiente, Mesescucha?”, en el que el Técnico Municipal de Cultura combinaba actualidad y música.

Las emisiones nocturnas generaron con el tiempo problemas logísticos, lo que motivó el traslado de la emisora a la antigua capilla del colegio Lestonnac, actual Casa de Juventud y Centro Cívico. En este espacio, ubicado sobre la terraza, se instalaría más tarde la Unión de Radioaficionados de la Ribera, heredera de ese espíritu comunicativo y participativo.