Alejandro Toquero repasa los principales asuntos políticos que marcan la actualidad de Tudela. Desde la gestión sanitaria o la financiación municipal hasta el Canal de Navarra o el futuro del tren, el alcalde de UPN defiende una postura clara: “Si algo perjudica a Tudela, me tendrá enfrente, venga de donde venga”. Reconoce acuerdos puntuales con el Gobierno foral, pero acusa al PSN de Tudela de anteponer los intereses del partido a los de la Ribera. “Aquí no estamos para hacer amigos, sino para trabajar por nuestra ciudad”, sostiene.
¿Cómo calificaría la relación actual que existe entre su grupo, UPN, y el PSN-PSOE en el Ayuntamiento de Tudela?
La relación es correcta. Personalmente, no tengo ningún problema con Olga Chueca. Hablamos, como es lógico, y el trato personal es bueno. Pero políticamente, mantenemos un debate intenso, porque yo siempre he dicho —y me reafirmo en ello— que ella es la representante del Gobierno de Navarra en Tudela. Y lo digo porque, pleno tras pleno, vemos cómo sus decisiones responden a los intereses del Gobierno foral, incluso cuando van en detrimento del propio Ayuntamiento de Tudela.
No es una opinión mía sin más: han votado en contra de que haya más pediatras y radiólogos en nuestra ciudad, han votado a favor de que se traiga a Tudela más del 40% de los lodos y fangos de toda Navarra, a pesar de los informes en contra que tenemos encima de la mesa, que advierten de que es contraproducente e incluso ilegal. Si prefiere defender los intereses del Gobierno de Navarra por encima de los de Tudela, está en su derecho, pero yo tengo claro cuál es mi trabajo: defender a los tudelanos, que son quienes me han puesto aquí.
Como digo, no tenemos problemas personales con ningún grupo político. La relación es cordial, con algunos más fluida que con otros. Pero a nivel político, hay diferencias importantes. No olvidemos que el PSN prometió hace años la carta de capitalidad, el tercer centro de salud en el barrio de Lourdes… y seguimos esperando. Incluso lideraron en su momento la propuesta de sacar las vías del tren del centro de Tudela si llegaba la alta velocidad, y ahora son los primeros en defender que se queden, sin ningún informe técnico que lo respalde.
A menudo acusan de confrontar cuando lo único que hacemos es defender los intereses de Tudela. Si a eso lo llaman confrontación, bendita sea. Porque esto no va de agradar o de hacer amigos, sino de ser firmes en lo que creemos que es justo.
¿Esta relación está afectando al desarrollo de proyectos importantes para la ciudad?
Esto no afecta al desarrollo de proyectos importantes para la ciudad. Todo lo contrario. Nosotros negociamos con quien haga falta si se trata de beneficiar a Tudela.
De hecho, acabamos de firmar un acuerdo muy complejo con el Gobierno de Navarra, tras un año de negociaciones en las que he estado personalmente implicado. Hemos llegado a un acuerdo importante para el desarrollo de la zona de Labradores, la ampliación de la ETI, el campus de la UPNA y el entorno del Vía del Narangel. También estamos trabajando para desbloquear el tema del edificio de Sementales. Es decir, llegamos a acuerdos cuando toca, pero también decimos no cuando creemos que algo perjudica a Tudela.
Si tengo que defender mi postura ante el Gobierno de Navarra, lo haré. No me voy a arrodillar por mantener un clima de falsa cordialidad. Aquí estamos para trabajar por la ciudad. Siempre he dicho que lo que es bueno para Tudela es bueno para Navarra.
¿Qué va a pasar con la cubierta del colegio Huertas Mayores ahora que el Defensor del Pueblo ha dicho que es competencia del Ayuntamiento?
Creo que al Defensor del Pueblo le falta información. Yo tengo los informes de la asesoría jurídica del Ayuntamiento de Tudela que indican claramente que se trata de una competencia impropia, es decir, que no corresponde al Ayuntamiento.
El propio consejero de Educación, Carlos Gimeno, ya dijo públicamente en un medio de comunicación que se trata de una competencia del Gobierno de Navarra, aunque añadió que no era prioritaria para ellos. Esas fueron sus palabras textuales.
Aun así, me he implicado personalmente en este asunto porque considero que la reivindicación del colegio Huertas Mayores y de su comunidad educativa es justa. Ayer mismo me desplacé a Pamplona para intentar desbloquear la situación. Solicité una reunión con el consejero y, aunque no me recibió él, sí lo hizo la directora general de Educación. En esa reunión puse encima de la mesa la necesidad urgente de solucionar este tema.
La respuesta del Gobierno de Navarra fue tajante: no lo consideran una prioridad y nos emplazan a trabajar este asunto mediante enmiendas nominativas en los presupuestos. Pero, claro, nosotros ya lo hemos intentado —UPN ha presentado esa enmienda dos veces— y siempre ha sido rechazada únicamente por venir de nuestro grupo, aunque fuera beneficiosa para Tudela.
Aun así, tendí la mano al Gobierno de Navarra. Les dejé claro que, siendo su competencia, el Ayuntamiento está dispuesto incluso a colaborar económicamente, pero que necesitamos un acuerdo. Por desgracia, de momento se han cerrado en banda.
También llegaron a sostener que las pruebas de acceso al Conservatorio de Tudela iban a realizarse en Pamplona y, finalmente, se han desarrollado en Tudela como siempre.
Nosotros teníamos información directa que así lo indicaba. De hecho, fue el propio Conservatorio de Tudela quien se puso en contacto con nosotros para trasladarnos que había indicios claros de que eso iba a ocurrir.
El propio director del centro llegó a declarar públicamente, en una entrevista, que existía ese riesgo. A raíz de eso, realicé una solicitud formal y pública para que el Gobierno aclarara si era cierto o no. Curiosamente, pocas horas después, el consejero salió en otro medio de comunicación diciendo que era falso y que las pruebas seguirían celebrándose como siempre en Tudela.
Nosotros no lanzamos esa advertencia públicamente sin tener información fehaciente de lo que estaba ocurriendo. ¿El resultado? Pues que, aunque me cayeron muchas críticas, conseguimos que rectificaran y las pruebas se hicieran en Tudela, como siempre. Así que, desde mi punto de vista, prueba superada.
¿Por qué ha tardado tanto en llegar una solución al problema del aula de exámenes de la DGT en Tudela?
Había que poner de acuerdo a ayuntamientos con distinto signos políticos y opiniones diversas, algunas que defendían —con coherencia, además— que no debían ser ellos quienes asumieran ese coste, sino que debía hacerlo la DGT, el Gobierno de España o el Gobierno de Navarra. Y yo comparto plenamente esa postura.
Sin embargo, ante el abandono que hemos visto tanto por parte del Gobierno de Navarra como de la Dirección General de Tráfico y del Ministerio del Interior, hemos tenido que buscar una solución. Nuestro objetivo era claro: que los exámenes se siguieran haciendo en Tudela.
Así que, tras reunirnos y debatirlo entre todos los ayuntamientos implicados, decidimos asumir el coste de forma proporcional, según el número de habitantes de cada localidad. Esa ha sido la forma de desbloquear la situación.
Una de las pocas cuestiones en las que hay coincidencia con el Gobierno de Navarra es en el desarrollo de la segunda fase del Canal de Navarra, ¿qué le pide al Gobierno Foral en este momento en el muchas localidades de la Ribera ya están dando el paso de adherirse al riego del canal?
Lo primero que quiero decir es que el Canal de Navarra no solo es prioritario, es urgente. Este proyecto nació con un objetivo muy claro: traer agua del norte al sur, agua de Itoiz a la Ribera de Navarra. Ese era su propósito, pero la realidad es que esa agua todavía no ha llegado, y se nos han ido vendiendo plazos que se han dilatado constantemente en el tiempo.
Desde Tudela hemos hecho los deberes. Fuimos la primera localidad de la Ribera en adherirse al canal, junto con las comunidades de regantes, y también regularizamos el comunal, un paso clave para poder avanzar en el proyecto. Estoy convencido de que toda la Ribera va a ir sumándose, porque todos entendemos que es una necesidad.
Pero ahora lo que hace falta es que se den pasos firmes. Lo que necesitamos es ver excavadoras, zanjas abiertas, tuberías instaladas. Necesitamos hechos, no más anuncios.
¿Y por qué se ha retrasado tanto? Porque uno de los socios principales del Gobierno de Navarra, como es EH Bildu, ha dicho públicamente que no hace falta traer agua a la Ribera. Cuando tienes socios que no creen en el proyecto es difícil avanzar. Por eso, lo que le pido al Gobierno de Navarra es que dé pasos ya, que acelere, que actúe con la urgencia que este proyecto merece. Porque si todos sus socios remaran en la misma dirección, no tengo ninguna duda de que estaríamos hablando de plazos mucho más cortos y de un avance real.
¿Es irremediable que el tren se quede en el centro de la ciudad?
Creo que lo más importante es aclarar cuándo va a llegar el tren de alta velocidad. Hemos preguntado públicamente en varias ocasiones y nadie ha sabido darnos una fecha concreta. Así que antes de discutir sobre dónde va a estar la estación, lo lógico sería saber primero cuándo va a llegar el tren.
Y Dicho esto, es importante recordar que este es un tema que depende única y exclusivamente del Ministerio de Transportes y Movilidad. Desde el Ayuntamiento de Tudela no tenemos capacidad de decisión, pero sí hemos pedido participar, porque creemos que la opinión de Tudela y de los pueblos de la Ribera debería contar. De hecho, no somos los únicos que pensamos así. El Ayuntamiento de Alfaro, por ejemplo, llevó este asunto a pleno y pidió que la estación se ubicara en el entorno que nosotros también hemos defendido: junto al Hospital Reina Sofía y en el área del Valle del Ebro.
Esta estación no es solo para Tudela, está pensada para dar servicio al valle medio del Ebro, a una zona de unos 50 kilómetros a la redonda, que incluye Rioja Baja, la comarca de Tarazona y el Moncayo. Todos ellos también quieren participar en esta decisión y aspiran a una estación moderna, funcional y bien conectada, que es lo mismo que defendemos nosotros.
Si finalmente se opta por una superestación en pleno centro, con el diseño urbano actual, hay que tener en cuenta las consecuencias, recordar que se habla de triplicar el número de mercancías que se trasladan en ferrocarril y esto sucederá pasando por el centro de la ciudad generando un ruido y una alteración muy importante para la vida cotidiana de los vecinos.
¿Cómo valora la gestión sanitaria en el área de salud de Tudela?
La gestión sanitaria actual deja mucho que desear. Lo estamos viendo día tras día con la falta de especialistas, las enormes listas de espera tanto en atención primaria como en especializada y en el propio hospital. Recuerdo que cuando UPN dejó el Gobierno de Navarra en 2015, Navarra era un referente nacional: estábamos a la cabeza en indicadores de calidad sanitaria y muchas comunidades se fijaban en nosotros como modelo de gestión. Ahora, sin embargo, ocupamos el puesto 13 entre las comunidades autónomas. Algo no se está haciendo bien por parte de los gobiernos progresistas que han gobernado desde entonces, tanto el de Geroa Bai como el del PSN.
Sabemos que es complejo mantener, atraer y retener especialistas en zonas más comarcales como Tudela, frente a grandes núcleos como Pamplona o Zaragoza. Pero hay fórmulas. Se pueden ofrecer incentivos económicos, establecer mecanismos de promoción interna o aplicar medidas de retención del talento. Todo eso requiere voluntad política, gestión y recursos. No se puede tratar igual a Pamplona que a Tudela, porque los especialistas, lógicamente, tienden a quedarse donde tienen más ventajas, más oportunidades o más comodidad. Si no se actúa, es evidente que no vendrán a cubrir plazas de difícil cobertura.
Además, hay cuestiones de gestión muy concretas que reflejan el abandono. Por ejemplo, hemos estado este verano sin aire acondicionado en el Hospital de Tudela, con pacientes soportando temperaturas de hasta 40 grados en las habitaciones. Eso también es parte de la gestión, y demuestra que queda mucho margen de mejora.
¿Sigue considerando insuficiente la financiación que recibe la ciudad del Gobierno de Navarra?
Sí, lo sigo considerando insuficiente. Y lo primero que hay que dejar claro es que el Gobierno de Navarra no nos da nada que no sea nuestro. Los tudelanos, las tudelanas y las empresas de Tudela pagan sus impuestos, y esos impuestos no van al Ayuntamiento, sino al Gobierno de Navarra, porque tenemos hacienda propia. Luego, el Gobierno reparte, pero no tenemos por qué agradecer que nos devuelvan una parte de lo que ya hemos aportado. Y, de hecho, seguimos recibiendo menos de lo que nos corresponde.
Hay un informe muy serio, realizado en su momento por el Consorcio EDER y la Federación Navarra de Municipios y Concejos (FNMC), que analiza todos los servicios supramunicipales que ofrece Tudela y concluye que deberíamos estar recibiendo 5,6 millones de euros más de lo que recibimos actualmente. Ese informe se elaboró en el contexto de la carta de capitalidad, una reivindicación histórica de Tudela que sigue pendiente.
Es cierto que hoy recibimos más financiación que antes, y eso también es reflejo de que seguimos luchando para que el Gobierno de Navarra nos dé lo que realmente nos corresponde. Pero, a día de hoy, seguimos ofreciendo más servicios de los que se nos retribuyen. Por tanto, no, no es suficiente.
Y sinceramente, me hace mucha gracia cuando escucho al PSN decir que tenemos que dar las gracias. ¿Gracias por qué? Si hemos adelantado el dinero, si los ciudadanos y las empresas ya han cumplido con sus obligaciones fiscales, lo mínimo es que nos devuelvan lo que nos corresponde. Pero es que ni siquiera lo hacen en su totalidad. Así que no, no hay que dar las gracias, hay que seguir reclamando lo justo.
¿Podrían haber acelerado la ejecución de las nuevas piscinas municipales y evitar esa clara coincidencia que se producirá con un año electoral?
No, en absoluto. De hecho, me habría gustado que estuvieran hechas antes. Pero estamos hablando de una gran obra, con una inversión de 3,5 millones de euros, y eso requiere sus plazos y sus tiempos. No se trata de una decisión política ni de una estrategia electoral, sino de un proceso complejo que debe hacerse bien.
Afortunadamente, se trata de una intervención en suelo municipal. Si hubiéramos tenido que trabajar, además, con expropiaciones —como ocurrió, por ejemplo, con las de Clara Campoamor—, se habría dilatado todavía más. Por tanto, los tiempos han venido marcados por la envergadura del proyecto, no por el calendario político.
Hemos querido ser garantistas en todo momento, cumpliendo los plazos y procedimientos con rigor, abriendo bien los sobres, revisando todo para evitar problemas posteriores. Más aún teniendo en cuenta cómo están las cosas en nuestra tierra en materia de obras. Así que no, no se ha podido correr más, ni se ha hecho coincidir intencionadamente. Simplemente, los tiempos han sido los que exige un proyecto de esta magnitud.
Recientemente hacía balance de la primera parte de esta legislatura, ¿qué retos le quedan a la ciudad por delante?
Seguir con la velocidad de crucero que cogimos, no desde el 2023, sino desde el 2019. Este no es un proyecto a cuatro años vista, es mucho más amplio. Cuando entramos el equipo de UPN, teníamos claro que queríamos activar Tudela, que creíamos que estaba inerte, parada. Y creo que hemos cumplido buena parte de aquello que nos propusimos.
Queríamos hacer una Tudela moderna, sostenible, paseable; una ciudad de la que los tudelanos se sintieran orgullosos, que dijeran “soy de Tudela” y lo dijeran con razones, porque hay cosas que enseñar y mostrar. Y lo estamos consiguiendo.
¿Queda trabajo? Por supuesto. Ojalá tuviéramos más dinero, más tiempo, más medios. Pero creo que con el equipo que tengo —tanto el de la primera legislatura como el actual— hemos cogido un ritmo importante.
Ya nadie se acuerda, pero nosotros conseguimos el dinero e inauguramos las piscinas de Clara Campoamor. Hemos renovado toda la luminaria de la ciudad. Y no hablo solo de obras importantes en accesibilidad y movilidad, como en el barrio de Lourdes, el Paseo del Prado, paseo Pamplona o la calle Herrerías. También en la proyección de imagen: hemos situado a Tudela como capital de la verdura, un referente turístico, cultural y gastronómico.
Y me estoy dejando muchas cosas. En lo cultural, Tudela ofrece mucho más de lo que se esperaría para una ciudad de 40.000 habitantes. Nos podemos comparar con ciudades bastante más grandes en conciertos, en eventos, en programación. Las Navidades, sin ir más lejos, son —y lo digo con rotundidad— las mejores de Navarra. Se han convertido en un evento de atracción turística y comercial. Lo mismo con las Fiestas de la Verdura, que cuando vamos a Madrid o Barcelona ya son una seña de identidad.
El reto es seguir modernizando Tudela, porque cada día que pasa una ciudad puede quedarse obsoleta si no avanza. Hay que seguir mejorándola en imagen, en turismo, en servicios, en atractivo empresarial. Queremos una ciudad donde se quiera vivir, donde se quiera invertir y de la que nos sintamos cada vez más orgullosos.
¿Qué opina de todo lo que está pasando en la actualidad con el PSOE y que ha salpicado de manera tan directa a Navarra?
Es una auténtica vergüenza. Cuando alguien se mete en política debe hacerlo, lógicamente, con un sueldo digno, pero con el objetivo de mejorar tu ciudad, tu tierra, pensando en el futuro de tus hijos, en la ciudad de tus padres y tus abuelos. Es un tiempo de servicio público que es muy sacrificado, pero no para lucrarse ni para meterse dinero en el bolsillo.
Y lo que estamos viendo es de una gravedad extrema. Navarra está saliendo a diario en la prensa nacional, pero por motivos que no deberían. Queríamos que se hablara de nosotros por cosas positivas, y ahora se está hablando por corrupción. Me recuerda a los años 90, a aquellos tiempos de Urralburu y Roldán. Costó muchos años levantar la imagen de Navarra, y ahora parece que volvemos al mismo escenario. Y esto no ha hecho más que empezar.
Hay que decirlo claramente: todos sabemos que Santos Cerdán, que ya está en prisión, era el presidente en la sombra del Gobierno de Navarra. La presidenta no movía un dedo sin que él diera el visto bueno. Era su padrino político. Esto es muy grave, y lo que no puede ser ahora es que parezca que el Gobierno de Navarra o el Partido Socialista de Navarra son las víctimas. Las verdaderas víctimas somos los navarros, que estamos viendo cómo se destroza la imagen de nuestra comunidad.
Muchos trabajamos desde la política útil para proyectar una buena imagen de Tudela, de Navarra, para construir, para aportar. Pero contra esto no se puede luchar. Me da vergüenza. Es un bochorno nacional que el epicentro de la trama esté en nuestra tierra, en Navarra. Y parece que viene de lejos, desde 2015. Ahora muchas cosas empiezan a encajar, como el afán de Santos Cerdán por controlar Navarra, por acumular poder. Pero es que, encima, se lucraba.
Vendió Navarra, vendió el Ayuntamiento de Pamplona a EH Bildu, todo por poder y por dinero. Me parece de una gravedad tremenda. Y quiero dar las gracias a la UCO, a la Guardia Civil, por el trabajo que están haciendo.