Érase una vez una niña que no creía en la Navidad. Su familia la celebraba todos los años pero ella los ignoraba.
Un año, su familia empezó a decorar la casa con el árbol de Navidad, las luces, cuando vieron que las luces no funcionaban, los adornos estaban rotos, etc.
A Laura al principio no le importó mucho. Fue pasando el tiempo y su familia estaba muy triste y ella lo quiso arreglar. Le fue preguntando a los vecinos y a ellos tampoco les funcionaba nada. Laura llamó a sus amigos. A un amigo suyo llamado Ander se le ocurrió viajar al Polo Norte y Laura le preguntó ¿Y cómo vamos a llegar? Ander le dijo que su tío era piloto y que les podía llevar.
Ander llamó a su tío y se pusieron en marcha. Su tío les hizo disfraces de elfo para colarse en la casa de Papá Noel. Al llegar, vieron una luz super brillante ¡Era la casa de Papá Noel! entraron y fueron a su despacho y le contaron lo que estaba pasando. Vieron que la máquina que hacía que la Navidad funcionara estaba apagada. La encendieron y la Navidad empezó a mejorar.
Volvieron a casa y su familia le agradeció que se preocupara por ellos. Laura empezó a creer entonces en la Navidad y empezó a celebrarla todos los años.
Haizea Arranz 5ºA
Una Navidad loca
Un día de nochebuena, unos amigos iban por la calle, se llamaban: Lucas, Mario y Juan. Mario tenía algunos problemas, tenía poco dinero, necesitaba ayudar a su familia y su casa era bastante pequeña. Cuando andaban por la calle, a Mario le llamaron sus padres y le dijeron que vaya a comprar comida, sus amigos le dijeron si necesitaba ayuda y dijo que sí. Se separaron para ir a las tiendas pero Juan cuando acabó de comprar, no tenía el móvil y estaba preocupado porque se había perdido.
Juan le preguntó a un señor; sin decir nada cogió a Juan y se lo llevó a su coche. Mario, Lucas y sus familias se juntaron para cenar y estuvieron todo el rato pensando en Juan.
Al día siguiente ¡Ya era Navidad! y todos se daban regalos los unos a los otros pero faltaba Juan…
Las familias solo querían que volviese Juan. Llegó la hora de abrir los regalos, cada uno tenía el suyo, había uno muy grande que ponía para Mario y Lucas.
¡Era Juan! todos se pusieron a abrazarlos y a saltar de alegría y todos dijeron ¡El mejor regalo de Navidad de la historia!. La abuela de Lucas hizo una comida navideña para todos y dijeron felices: ¡Feliz Navidad!
Paula Rubio 5ºA
Carlota y su hermana

Un día Carlota y su hermana salieron a comprar porque era Navidad e iban a comprar el roscón de reyes y se encontraron a su amigo Unai. Estaba triste porque se le perdió el dinero que le había dado su familia.
Carlota, entonces, habló con su hermana y le dijo de darle el dinero a Unai porque le daba pena y que lo necesitaba más que ellas.
Llamaron a Unai y le dijo que tenían un regalo y le dieron el dinero. Unai se puso muy contento y les dijo que muchas gracias y se fue feliz.
Carlota y su hermana llegaron a su casa y su madre sorprendida preguntó ¿Dónde está el dinero? Carlota respondió que el dinero se lo habían dado a Unai porque lo había perdido.
Su madre se puso muy contenta porque le dieron el dinero a otra persona y eso es ser generoso y de buena persona.
Su madre preparó un roscón de reyes casero y todos se pusieron muy felices, se dieron los regalos y Carlota y su hermana por haber sido buenas les dieron una cámara de fotos, se dieron un gran abrazo y disfrutaron de la Navidad.
Israa Yechewa 5ºB
Una Navidad increíble

Había una vez tres niños llamados Miguel, Ramón y Ana que les encantaba la navidad. Un día los niños se quedaron despiertos para ver a Papá Noel, unos minutos después cuando estaban apunto de rendirse oyeron un ruido que venía desde la chimenea, al asomarse se sorprendieron mucho porque estaba Papá Noel; los niños no se lo podían creer y rápidamente agarraron unas galletas que habían dejado ahí.” Santa Claus, mira, queremos darte estas galletas – “Muchas gracias sois muy amables” -”De nada, pero… nos gustaría ayudarte a repartir los regalos. “Pues me vendría bien un poco de vuestra ayuda ¿qué tal si suben a mi trineo? Pues claro que sí”-”Pero hay un problema, hay un niño muy malo que quiere arruinar la Navidad y nosotros tenemos que impedirlo Pues estamos listos para la aventura”. Así los niños recorrieron todo el Polo Norte para derrotar al malvado niño pero antes hacen una pequeña parada en una fábrica. “Papá Noel que increíble es este lugar así perfectamente lo derrotaremos “No os creáis, ese niño es muy poderoso, así que poneos estos trajes que os ayudarán contra él”, Hay que equiparse hasta los dientes y se dirigieron hacia un castillo. “Hemos llegado al castillo del niño, ¿estáis preparados ?-”¡Sí!”-”A por ello”. Al entrar se encuentran con un lobo, arañas, telarañas, un altar y un trono en el que está el niño, Los niños le retan a una guerra de comida y empieza el desastre explosiones, comida por todos lados y hasta baldes llenos de leche. Al final resulta que el niño estaba muy solo y le hicieron entrar en razón y que no pasaba nada que ellos podían ser sus amigos, así que él se puso muy feliz y celebraron todos juntos la Navidad.
Moraleja: Trata bien a la gente porque no sabes cuánto daño le estas haciendo. Cuida tus palabras.
Victor Asier 6ºA
La Navidad que cambió mi vida
El año pasado, me pasó algo increíble, mi navidad fue algo diferente. En navidad, la gente hace galletas o simplemente disfruta de la familia. Yo no, a mí, no me gustaba la navidad ni ayudar a los demás, ya que yo era algo egoísta, pero lo que no sabía es que algún día eso iba a cambiar mi vida por completo.
Un día normal y corriente, en navidad, escuché un ruido que provenía de las escaleras. Era un ruido peculiar, nunca lo había oído, aunque no sabía si se asemejaba, te soy sincero, me daba miedo, pero al final me tuve que armar de valor y me asomé. Iba a dar un grito, lo que había, era un duende, pero antes de que mis padres se enterasen, él me tapó la boca, en pocas palabras lo que me dijo fue que Papa Noel me quería ver en el Polo Norte. De inmediato me eché a reír, no me lo creía, pero como le vi tan serio le hice caso, pues no tenía nada que perder. Faltaba muy poco para que llegásemos y después de un buen rato llegamos. Después de verdad, lo vi con mis propios ojos, me dijo que le acompañara y no me lo pensé ni un segundo, ya estaba allí, qué podía perder.
Después de algo de tiempo, llegamos, nos encontrábamos en un sitio donde había mucha gente sin recursos, ese día no sentí egoísmo, sentí empatía y creo que Papá Noell lo noto, me dio comida para alimentarlos y me sentí genial. Después de eso me enseñó una carta en la que estaba escrito un mensaje secreto, después de descifrarlo ponía: “Feliz navidad”.
Así fue, entendí que ayudar a los demás no te hace parecer débil sino que te hace parecer como un completo superhéroe, por eso te comparto esta historia porque todo el mundo debería saber que tienes que tratar a los demás como te gustaría que te traten, sea buena o mala persona.
Aya Belgacem 6ºA
Jorge el caprichoso

Jorge era un niño muy caprichoso. Jorge era rubio, alto, listo y de ojos marrones. Siempre le pide regalos y juguetes a sus padres, ya que sabía que se acercaba Navidad. Sus padres intentaban explicarle que en la bolsa de Santa Claus no cabían tantos juguetes porque también había más niños que querían juguetes. Jorge no paraba de llorar y llorar porque quería todo lo que pedía.
Una noche Jorge se fue a la cama, cuando se despertó se dio cuenta de que estaba en el Polo Norte. Junto a él estaba Santa; ¡OH! ¿Porqué estoy aquí?-dijo Jorge sorprendido -Me han dicho tus padres qué quieres muchos juguetes ¿No?-dijo Santa Claus felizmente. -iSí! Dijo Jorge. Pero lo que él no sabía es que sus padres avisaron a Santa para que le diera una lección a su hijo. Jorge estaba viendo la Fábrica de juguetes de Santa, y se fijó en los elfos que estaban haciendo los juguetes. Jorge le preguntó a Santa: ¿Puedo hacer mis juguetes? Santa Claus le dijo que sí, pero no pasaron 5 minutos y Jorge ya estaba cansado. Santa le dijo que terminara ese juguete y después le diría unas cosas. Cuando terminó Jorge se dirigió a Santa y le dijo que eso es lo que sienten los elfos. Jorge se quedó callado mientras reflexionaba.
A la noche siguiente ya era Navidad, llegó a su casa, su familia y los regalos lo estaban esperando pero a la hora de abrir los regalos prefirió dárselos a su hermano. Cuando su madre oyó eso se quedó con la boca abierta. Jorge dijo: Me he dado cuenta de el error que he cometido, solo me fijaba en los regalos y no en la familia. FIN.
Moraleja: No te fijes en lo material sabiendo la maravillosa Familia que tienes.
Zoe Molina 6C