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Las Jornadas Micológicas de Cabanillas han vuelto a despertar la curiosidad y el entusiasmo de los aficionados a las setas. En sus 13 ediciones e han consolidado como una de las citas más esperadas del otoño en la Ribera por su combinación de naturaleza, conocimiento y convivencia, y que demuestra que el mundo de las setas, además de sabroso, es una auténtica escuela de respeto por nuestro entorno.

Durante la jornada del domingo, la Sala de Cultura de la localidad acogía una espectacular exposición de más de un centenar de especies recolectadas en la salida a la Ultzama, por los participantes en las actividades. Toño Cervera, gran aficionado a las setas y uno de los impulsores del ciclo junto con el ayuntamiento y la Asociación Cultural Tresmontes, agradecía la participación e implicación en el ciclo. “Lo más importante es agradecer a todas las personas que participaron en la recolección —destacó—, porque sin ellas esta exposición no sería posible. Hemos recogido más de cien especies diferentes, algo que ni nosotros esperábamos”.

Entre lo comestible y lo tóxico

El recorrido por las mesas de exposición ha sido toda una lección de naturaleza. Cervera y los voluntarios del Grupo Micológico Verpa de Logroño explicaron con detalle a todos los curiosos las características de cada grupo de setas. “Tenemos ejemplares excelentes comestibles, otras tóxicas e incluso mortales, y muchas que simplemente no tienen valor culinario”.

Entre las más llamativas, la Trompeta de los Muertos, o la Amanita faloides, “la reina del dolor”, considerada mortal. También se expusieron setas de cardo y de chopo, así como russulas, cortinarius o lepistas, todas con sus particularidades y advertencias. “El objetivo —explicó— es que la gente aprenda a distinguirlas, que no se confunda. Hay especies que parecen iguales, pero una puede ser comestible y otra tóxica”.

101 especies recolectadas en un solo día

La jornada de salida al monte, celebrada en la Ultzama, fue especialmente fructífera. “Llevaba varios días saliendo y apenas tenía quince especies. Tras la salida, conseguimos reunir 101”, señaló Cervera, satisfecho con el resultado. La mayoría de los ejemplares se recogieron en zonas de roble, aunque lamentó no haber encontrado boletus edulis ni robellones, “porque este año el monte está muy seco y cuesta mucho verlos”.

La muestra incluyó además una curiosa aportación del riojano Alfonso Ezquerro, que presentó una colección artesanal de setas elaboradas en porespán y con un resultado muy realista.

Consejos para recolectar con seguridad

La afición por la micología crece cada otoño y, con ella, los riesgos derivados de una recolección sin conocimiento. Por eso, Toño Cervera quiso subrayar tres consejos básicos para salir al monte con seguridad. “Primero, llevar cesta y navaja, nunca bolsas de plástico. Segundo, no coger nada que no se conozca. Y tercero, consultar siempre con una persona experta antes de consumir nada”.

Pasión compartida

Con la satisfacción del trabajo bien hecho, Cervera cerraba la exposición con un mensaje de esperanza: “Ojalá llueva un poco más para poder seguir disfrutando de esta temporada. Lo importante es salir al monte, aprender y compartir esta afición con los demás”.