El Tudelano volvió de su visita al Stadium Gal con un empate sin goles frente al Real Unión de Irún, un resultado que le permite conservar su condición de invicto y acumular cuatro puntos en las dos primeras jornadas. El duelo, marcado más por la intensidad que por el juego fluido, dejó la sensación de que el equipo ribero tiene solidez atrás, aunque todavía debe crecer en la faceta ofensiva.
Los de Héctor Urquía intentaron hacerse con el control del balón ante un rival que buscaba un fútbol más vertical. Aparicio lo intentó con un disparo lejano y Ekiza respondió con seguridad bajo palos a las aproximaciones de Laken Torres y Hugo.
La segunda mitad no varió demasiado el guion: mucho esfuerzo, poca continuidad y escasas ocasiones. El 0-0 final reflejó la igualdad y el desgaste que protagonizaron ambos equipos. Para los blanquinegros, más allá de la falta de claridad arriba, queda la satisfacción de haber mantenido la portería a cero y de consolidar un inicio que transmite buenas sensaciones.
Urquía valoró el punto conseguido en un campo siempre difícil, aunque dejó claro que la ambición del grupo va más allá: “Siempre queremos ganar, pero hay que reconocer la entidad del rival. Creo que el empate es positivo y ahora toca refrendarlo en casa”. El técnico reconoció que el partido se hizo largo, condicionado también por el esfuerzo extra de la Copa Federación: “Es normal que el equipo lo acusara un poco, pero la intención siempre es ir a más y buscar la victoria”.
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