Vicente Aguado
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A sus 83 años, Vicente Aguado mantiene intactas tantas facetas como aulas ha pisado. Maestro de vocación y convicción, concejal, tudelano de corazón y palabra, este 2025 se convierte en el Abuelo de Tudela, un título honorífico que concede la Peña La Jota durante las fiestas de Santa Ana. Un reconocimiento que, como él mismo confiesa, “tocó mis fibras más profundas, por lo que tiene de cariño, de tradición, de amor por Tudela y por reconocimiento a los abuelos, una pieza fundamental en muchas familias”.

De los Sacramentinos a las aulas de Tudela

Vicente nació en Murchante en agosto de 1942. Comenzó su formación académica Guipúzcoa, en un internado de frailes sacramentinos en Tolosa. “Aquello me marcó. Vi cómo se vivían las sociedades en Tolosa, el sentido de comunidad… y de ahí, con los años, me vino la idea de transformar la que había sido la antigua cantina de mi padre en la calle Portal en una sociedad gastronómica como las que había visto allí”.

En 1961 comenzó su andadura docente, primero en Rada, después en el valle del Roncal y finalmente en Tudela, donde ejerció en centros como Elvira España, Virgen de la Cabeza, San Julián, la Compañía de María o el Benjamín de Tudela, donde se jubiló tras más de 40 años de enseñanza. Enseñó ciencias, matemáticas, educación física… pero sobre todo, recuerda “enseñé a querer aprender. Me lo tomé siempre como una profesión entregada y, aunque ya me jubilé, sigo dando clases como voluntario en Cáritas a quien lo necesita. Lengua, lo que pidan, sobre todo a quienes llegan de fuera y necesitan que les echen una mano”.

Un tudelano comprometido con su ciudad

Además de maestro, Vicente ha sido un tudelano comprometido con la vida pública. Fue concejal del Ayuntamiento, y ha participado en peñas como La Teba, La Intemperie, o El Volatín. De aquellos años todavía recuerda el estreno del Himno de La Orden del Volatín compuesto por Tomás Asiain y en el que participaron los alumnos del colegio Elvira España donde impartía clase entonces. “Siempre he estado metido en mil cosas. Lo necesito. Me gusta ayudar, organizar, participar. Es parte de cómo entiendo la vida”, resume con entusiasmo.

Abuelo, peñista y devoto

Vicente es un defensor convencido de la figura del abuelo como pieza esencial en las familias y en la sociedad. “Cuando los padres trabajan, somos los abuelos quienes llenamos ese vacío. Y no solo eso, transmitimos memoria, valores, cariño…”, afirma. Por eso, el título que ahora recibe le llena de orgullo. “Me hizo muchísima ilusión la llamada de Sonia Ayensa, la presidenta de la Jota. Era algo que no esperaba y que ha tocado algo muy profundo en mí”.

Religioso convencido, vive las fiestas de Santa Ana con devoción. “Voy a la novena cada mañana y me encanta el ambiente de las fiestas. La calle, los fuegos, los almuerzos con las peñas, la tradición… Si tengo que destacar algo, es eso, el ambiente que se crea”.

Pero sí algo recuerda Vicente Aguado de las fiestas es que ha sido una de esas personas que ha tenido el honor de tirar el cohete cuando trabajaba mano a mano con Ignacio Pérez Garde en la elaboración de la programación de las fiestas.